Nemesio Rodríguez|BERLÍN
El Mundial ya formó su verdadero «grupo de la muerte». Es el grupo que lidera Italia como cabeza de serie, el «E», el único entre cinco que después de dos rondas de encuentros no ha colocado a ninguno de sus cuatro equipos en los octavos de final. Antes del Mundial, se denominó «grupo de la muerte» al «C», donde juegan Argentina, Costa de Marfil, Serbia y Montenegro y Holanda. Pero el descalabro de Serbia y Montenegro y la decepcionante actuación de Costa de Marfil dejaron el camino libre de los octavos a Argentina, por el momento la mejor del grupo y del Mundial, y Holanda. La supuesta igualdad que había inclinado a denominar al «C» como el «grupo de la muerte» se disolvió como el azúcar en el agua. Todo lo contrario ocurrió en el grupo «E», donde Italia, tres veces campeona del mundo, y la República Checa, subcampeona en 1634 y 1962 como Checoslovaquia, aparecían como teóricas favoritas ante la debutante Ghana, cuatro veces campeona de Àfrica, y los Estados Unidos, que en 2002 alcanzó los cuartos de final.

Italianos y checos avalaron sus candidaturas con victorias sobre Ghana (2-0) y Estados Unidos (3-0), respectivamente, y nadie podía pensar lo que iba a ocurrir en la segunda ronda de partidos del grupo, disputada el sábado. Los ghaneses arrollaron a los checos (2-0) y los estadounidenses, en el partido más batallado del Mundial, arrancaron un empate a uno a Italia jugando desde el minuto 47 con nueve hombres. Los «azzurri» jugaban con 10 desde el minuto 28 a raíz de la expulsión de Daniele De Rossi por propinar un codazo a Brian McBride. Estos resultados pusieron el susto en el cuerpo a italianos y checos y dejaron abiertas las cuentas sobre quiénes accederán a octavos, un sueño que se aplazó una semana.

«Hace días vivíamos un sueño, pero hoy hemos regresado a la realidad», dijo el centrocampista checo Thomas «Galas» Galasek. El empate con los estadounidenses colocó a Italia como líder, pero transformó el partido con los checos del próximo día 22 en un duelo donde todo puede pasar, sobre todo porque en el otro encuentro del grupo, Ghana-Estados Unidos, el riesgo es el mismo. «Nuestro Mundial comienza hoy», dijo el seleccionador italiano Marcello Lippi para ilustrar la importancia del partido contra los checos.