Miles de camisetas blancas y un único grito, «come on, England». Magaluf se convirtió en una fiesta. Desde las tres hasta las cinco menos cuarto de la tarde, las pantallas de televisión se convirtieron en el objeto más deseado en toda la zona de Calvià. Los seguidores británicos se unieron para animar a la selección inglesa en su estreno en el Mundial de Alemania. Daba igual los colores semanales porque aficionados del Liverpool, Manchester, Chelsea o Arsenal se juntaron para entonar los cánticos y empujar desde la distancia al grupo de Sven Goran Eriksson.

La fiesta comenzó enseguida. A los cuatro minutos, cuando los seguidores más rezagados todavía buscaban acomodo delante de la pantalla, un saque de falta de David Beckham fue cabeceada por Gamarra con tan mala fortuna que el balón perforó la portería paraguaya. La locura se apoderó entonces de los seguidores, que brincaron para exteriorizar su alegría. La presencia de la Guardia Civil y la Policía Local sirvieron para mitigar cualquier incidente y la tarde transcurrió con absoluta normalidad.

Los seguidores se las prometían muy felices después de ese tempranero gol. Sin embargo, poco a poco la selección inglesa levantó el pie del acelerador. Esa relajación también afectó a los hinchas de Calvià, que no entendían por qué Lampard y sobre todo Gerrard se limitaban más a taponar el juego del rival que a la creación. Las quejas por los balones colgados al gigantón Crouch monopolizaron los comentarios hasta el descanso.

En los últimos minutos, la emoción por el ajustado marcador, se notaba en los rostros de los seguidores, que mitigaban los nervios con una fresca cerveza. Incluso algunos de ellos optaron por acercarse hasta la playa. O simplemente dejaron de mirar a la pantalla, presa de los nervios y la incertidumbre. Al final, el pitido del árbitro encendió la mecha de la euforia inglesa, que disfrutó de la tarde y reanudó las vacaciones después de dos horas hipnotizados por su equipo. La próxima cita, el próximo jueves, a las seis de la tarde, ante Trinidad-Tobago.