Salazar corre a festejar con Ibrahim, autor del gol, el primer tanto del encuentro en el municipal de Santa Eulària. Foto: GERMÁN G. LAMA

Carlos Vidal
El derbi pitiuso de Tercera División no tuvo ni color ni suspense. La Peña Deportiva superó con más facilidades de las previstas al Eivissa y prácticamente se asegura uno de los cuatro puestos de 'play off' de ascenso. El equipo de Carlos Simón pagó caro su planteamiento excesivamente conservador y sus errores en defensa, sobre todo de su guardameta Torres, que no tuvo un debut afortunado en la que fue hasta la pasada temporada su casa.

En el segundo tiempo hubo cambio de cromos. La Peña optó por un cambio de carácter conservador, dando entrada al centrocampista Íñigo por el delantero Ibrahim, tocado tras el partido ante el Sporting Mahonés, por lo que Guarte pasó a ser el hombre más en punta. El Eivissa, obligado por el resultado, sacó a Sebastián y Santa por los defensas Yeyo y Buti. Con estos cambios, el conjunto visitante mejoró algo en su juego, aunque no lo suficiente para inquietar la portería de Roberto. A pesar de que en la grada los seguidores recordaban el derbi del año pasado en Santa Eulària, en el que el Eivissa remontó un 2-0 para ponerse 2-2 y perder en el último minuto, en el campo los jugadores no daban señales de vida y, a medida que pasaban los minutos, se apreciaba que esa reacción no iba a llegar. Con estos tres puntos, la Peña, que es nuevo líder a falta del partido de hoy del Mallorca B, ya está a ocho de diferencia del Eivissa y se le tendría que dar muy mal las cosas para caer de los puestos de 'play off'. El Eivissa, por su parte, no puede permitirse más errores y se la tendrá que jugar el domingo en Can Misses ante el Ferriolense.

Sólo habían transcurrido cuatro minutos de partido cuando los locales se adelantaron en el marcador gracias a un regalo del guardameta del Eivissa. En un centro sin peligro aparente de Manolo Aparicio, Torres se comió el balón que, tras rebotar en Sergio, fue a las botas de Ibrahim, que sólo tuvo que empujar el esférico al fondo de la red. Ese gol, lógicamente, cambió la dinámica del partido. El Eivissa, que había planteado el encuentro a la defensiva, se vio obligado a irse hacia el ataque. Sin embargo, sus opciones se limitaron a colgar balones al área, algo que, con dos centrales de la talla de Vallori y Villodre, era casi perder el tiempo. Su primer disparo a puerta (y casi el único) no llegó hasta el minuto 17, cuando May probó suerte desde fuera del área para que Roberto se luciera. Los locales, por su parte, no cometieron demasiados excesos. Tras marcar el gol, se limitaron a contener al Eivissa para intentar sorprender a la contra o esperar un nuevo error de la zaga. Ese despiste llegó en el minuto 27, en un disparo de Xicu que, tras una serie de rechaces, le llegó a Villodre, que batió de disparo cruzado a Torres. Ese tanto, protestado por el Eivissa, que reclamó fuera de juego del defensa local, acabó por hundir a los bermellones, que no se repusieron del golpe en lo que restaba de primera parte.

Todo lo contrario. Seguía siendo la Peña el único equipo que creaba peligro, bien por las escapadas del habilidoso Guarte o bien por algún disparo lejano, como el de Xicu en el minuto 67 que se fue besando el larguero. Lo que era claro es que estaba más cerca el 3-0 que el 2-1, como así se demostró a falta de un minuto del final. Manolo Rueda disparó colocado en un lanzamiento de falta que Torres despejó con apuros y con la mala suerte de que el balón le cayese a los pies de Rodrigo, que remató a placer para cerrar el marcador. El derbi se había acabado, como debieron pensar algunos aficionados del Eivissa, que empezaron a desfilar antes de que el árbitro señalara el final de un encuentro decepcionante para sus intereses.