Guillermo Romaní
La Vuelta a Formentera en BTT que el viernes iniciará su décima edición bien podría ser la última ya que los organizadores han decidido, en un símil pugilístico, tirar la toalla. Aunque este año la participación será récord, 180 ciclistas en su mayoría procedentes de Catalunya, a los que hay que sumar los acompañantes, ya que hasta ahora se había limitado la participación a 150 ó 160 personas a los máximo, Vicent Cardona y Juan Cruz Zapatería han confirmado su voluntad de dejar de organizar la prueba. Los motivos argüidos son en primer lugar que se ha llegado al punto que hace una década querían llegar, consolidando la Vuelta a Formentera en BTT como una prueba deportiva aunque no competitiva que aúna el deporte con el turismo, la cultura y la gastronomía.

En segundo han aludido al carácter y trato familiar con los participantes, muchos de los cuales han repetido año tras año lo cual requiere mucho tiempo y trabajo, más si se tiene en cuenta que la organización se encarga de gestionar los embarques, los traslados y un sinfín de detalle.

Por último y quizás más importante es la poca ayuda económica que reciben de las instituciones y aunque no se ha hablado en la rueda de prensa en la mente de todos estaba los 18.000 que el Patronat Municipal de Turisme de Formentera aporta a la regata Ophiusa y los aproximadamente 1.200 que el Consistorio da destina a la organización de este evento.