CHELSEA: Cech; Ferreira, Carvalho, Terry, Del Horno, Makelele,
Gudjohnsen, Lampard, Cole, Robben y Crespo.
Cambios: Geremi por Joe Cole, Wright-Phillips por Robben y
Drogba por Crespo.
BARCELONA: Valdés; Oleguer, Puyol, Márquez, Van Bronckhorst,
Edmilson, Deco, Motta, Messi, Ronaldinho y Etoo.
Cambios: Sylvinho por Van Bronckhorst, Iniesta por Deco y
Larsson por Motta.
Àrbitro: Terje Hauge. Mostró cartulina amarilla a Puyol y a
Iniesta. Expulsó a Asier del Horno con roja directa en el minuto
38.
Goles:
1-0, min.59 Motta, en propia puerta.
1-1, min.71 Terry, en propia puerta.
1-2, min.80 Etoo.
Efe|LONDRES
El Barcelona dio un golpe de autoridad e hizo historia con su
victoria en Stamford Bridge que le acerca a los cuartos de final.
Ganó (1-2) y acabó con la condición de invicto del Chelsea de José
Mourinho, que no había perdido ni uno de los 49 partidos que había
dirigido el portugués desde el banquillo de los Blues en casa.
El partido se le puso de cara a los azulgrana con la expulsión
de Asier del Horno en el minuto 38, pero un tanto en propia puerta
de Motta en el segundo tiempo despertó los fantasmas de la derrota
del año pasado.
Sin embargo, los de Frank Rijkaard se rehicieron, empataron con
un gol en propio puerta de John Terry (m.71) y decidieron el
partido a su favor con un tanto de Samuel Etoo a diez minutos del
final.
Tenía bien aprendida la lección el Barcelona y firmó un partido
de libro. Perfecto tácticamente, los azulgrana no se vinieron abajo
ni cuando Motta marcó en propia puerta prácticamente en la única
aproximación importante de los ingleses.
Messi demostró a las primeras de cambio que éste era su partido.
Midiéndonse con Asier del Horno por la derecha, el argentino
desbordó siempre al defensa vasco y fue quien llevó el peso
ofensivo del Barcelona.
Los de Rijkaard tuvieron claro desde el principio cómo tenían
que aplicarse. Alineó el holandés a un equipo con mucho músculo. La
habitual línea defensiva de cuatro y dos poderosos jugadores
(Edmilson y Motta) para darle peso a la medular.
Sin complicarse, consciente de que hacía falta mucha paciencia y
máxima concentración, el Barcelona llevó el peso del partido, a
pesar de que Lampard, Cole y Makelele crearon cierta inquietud en
los azulgrana.
Vestidos con su talismán camiseta amarillo pistacho, con la que
el Barcelona no ha perdido un partido, los catalanes tejieron un
juego sin riesgos, a pesar de que el mal estado del terreno de
juego no permitía ningún lujo.
Messi fue el primero que se atrevió a rematar (m.3) y el Chelsea
respondió con jugadas a balón parado a cargo de Lampard. Oleguer
tuvo problemas para controlar a Gudjohnsen en la banda derecha,
pero los 'blues' no llegaban.
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