Iván Muñoz
La Peña Deportiva dejó volar dos puntos de su campo que prácticamente llegó a tener en su mano. Los de Paco Marín fueron cediendo terreno ante un equipo al que se adelantaron mediada la primera parte y se encontraron con un empate que para muchos se antojó poco menos que una derrota. Porque aunque el Soledad llegara a Santa Eulària con la vitola de «equipo engañoso» tras imponerse la semana anterior al Sporting Mahonés, el equipo local es superior a un conjunto que habita en la zona baja

Así lo pareció al menos al principio del partido. A pesar de renunciar a tener el balón y abusar de los balones largos, los locales se anticipaban con claridad a un rival cuyos jugadores apenas eran capaces de tener en su poder la pelota unos segundos.

El Soledad se limitaba a defender en su campo sin aventurarse a buscar la contra, y la Peña intentaba llegar arriba pero sin el suficiente criterio. La primera ocasión no llegaría hasta el minuto 12. Tino centró el esférico al área y cuando Rodrigo se disponía a rematar cayó como consecuencia de la carga de uno de los centrales visitantes. El colegiado interpretó que se había dejado caer y dejó continuar el juego con las protestas de los aficionados como fondo. Pero estas duraron poco, porque instantes después Íñigo golpeó potentemente un balón llegado del saque de un corner que tras tocar en Salazar se colaba en la portería.

En el minuto 19, Villodre recogió en las inmediaciones de Pascual uno de los muchos balones colgados para enviarlo al palo de potente disparo. Tino marcó después de hacerse con el rechace, pero el colegiado anuló el tanto por apreciar que había existido una falta entre la maraña de jugadores que se encontraban dentro del área. La decisión volvió a despertar las iras del público y las de los jugadores, que en lugar de reaccionar con ímpetu como ocurrió en la jugada previa al primer gol parecieron perder la concentración en el encuentro. El desconcierto se tornó aún más generalizado y los contendientes fueron incapaces de hilar tres pases seguidos. Y fue la Peña quien más acusó la falta de orden, como demostró Villodre al perder un balón en sus dominios con el que se hizo Javi López, aunque afortunadamente para los locales Jimmy fue incapaz de concretar.

El partido continuó por los mismos derroteros tras el descanso. Hasta el minuto 9, cuando Rubén Castro envió un centro chut al larguero. Tino y Rueda lo volverían a intentar algo más tarde, pero sin la suficiente colocación como para evitar al meta Pascual. Ahí se acabó la Peña y cobró protagonismo el Soledad. En el minuto 21, Jimmy aprovechó un centro de Javi López para establecer el empate. Poco después de sacar de centro, Adrian estuvo a punto de adelantar a su equipo, pero Roberto despejó de puños.

La Peña apeló irracionalmente al empuje, pero su esfuerzo quedó neutralizado por la atención de los visitantes, que incluso dio algún susto con balones a la contra en unos minutos finales continuamente interrumpidos por un árbitro que mostró múltiples tarjetas.