Nalbandián acabó con una racha de 36 victorias consecutivas del
suizo, desde que perdió en semifinales de Roland Garros con Rafael
Nadal, además de impedir a Federer igualar el récord de porcentaje
de victorias en un año, con 82-3, en posesión del norteamericano
John McEnroe desde 1984. Federer, además, perdió en su vigésimo
quinta final consecutiva y la oportunidad de igualar a leyendas
como Ivan Lendl o Pete Sampras, vencedores de tres Masters de forma
ininterrumpida.
«Roger, no te preocupes, vas a volver a ganar muchas veces más»,
dijo Nalbandián sobre la pista nada más terminar el partido,
durante la ceremonia de entrega de premios. Además del trofeo de
cristal que lo acredita como maestro de maestros en 2005,
Nalbandián recibió un jarrón chino conmemorativo de color rojo, y
felicitó a Federer por el excelente partido, de cuatro horas y 33
minutos de duración.
Nalbandián firmó en el filtro de una cámara de televisión, en
lugar de su nombre, como suele ser la costumbre, las palabras en
mayúscula «Vamos Argentina», escritas de manera invertida para que
pudiesen ser leídas por todos los telespectadores. Al recibir su
trofeo, el cordobés dio las gracias a su entrenador, su madre,
presente entre las gradas, su novia, «y a quien hace esto posible»,
entre ellos, «el gobierno de China, porque no es fácil encontrar un
estadio así».
El estadio Qi Zhong de Shanghai, que se estrena con esta
competición, abrió a continuación por primera vez su techo móvil en
forma de pétalos de magnolia, la flor que simboliza la ciudad. El
tenista suizo, por su parte, felicitó a Nalbandián por ganar «un
partido tan duro».
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