Europa Press|BARCELONA
El presidente del Barcelona, Joan Laporta, defendió ayer la continuidad en el club del directivo Alejandro Echevarría, que también es su cuñado, pese a reconocer que ha sido miembro de la Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF), algo que Laporta había negado en las dos asambleas de socios compromisarios celebrados durante su mandato, y admitió que se «equivocó» y que, por ello, pide disculpas.

Laporta respaldó la versión ofrecida por Echevarría de que no pertenece a la FNFF desde el 8 de junio de 2003, una semana antes del triunfo electoral de Laporta, y dijo que le «cree con independencia de los papeles del Ministerio, de la Fundación o de donde sea», en referencia a los documentos del Ministerio de Cultura que hizo públicos el ex directivo Lluís De Val en que no consta que Echevarría se haya dado de baja en la FNFF.

El año pasado, cuando los socios ratificaron su nombramiento, Laporta aseguró que Echevarría «no ha sido, es ni será» miembro de la FNFF. «No tengo la sensación de haber mentido, pero sí de haberme equivocado», explicó.

Laporta aludió a una «falta de precisión» en sus palabras ante los socios, aunque no cree que la ratificación de Echevarría en el cargo de directivo pueda considerarse nula ni que el club deba someter de nuevo su nombramiento a la aprobación de los socios. Asimismo, ensalzó la labor de Echevarría como directivo responsable de seguridad y recordó que llegó al club cuando el presidente y su familia estaban «amenazados de muerte» por grupos radicales.

Asimismo, opinó que Echevarría «se equivocó» al hacerse miembro de la FNFF y que lo hizo «con cierto punto de frivolidad y por circunstancias que le rodeaban», pero que todas las personas pueden «evolucionar» en su pensamiento y que «por su edad, no puede ser considerado un franquista». «No es un franquista ni un intolerante o un ultra», dijo, asegurando también que su presencia «no perturba el proyecto catalanista» de la directiva.