ADECCO ESTUDIANTES 78
F.C. BARCELONA 57

ADECCO ESTUDIANTES (19+18+19+22): Rodríguez (9), Jasen (14), Jiménez (8), Iturbe (6), Garcés (12) -cinco inicial-, Vidaurreta (10), Patterson (9), Miso (2), Azofra (0), Loncar (6), Torres (0) y Suárez (2).

F.C. BARCELONA (21+7+14+15): Ilievski (0), Navarro (18), Bodiroga (4), Zizic (6), Fucka (10) -cinco inicial-, Davis (11), Gasol (0), De la Fuente (5), Grimau (0), Sada (0), Drejer (3).

Àrbitros: Arteaga, Pérez Pizarro y Sacristán. Sin eliminados.

Jorge Muñoa|MADRID

El Estudiantes ha puesto proa rumbo a las semifinales de la Liga ACB y al Barcelona, campeón vigente y adversario en la final de la temporada pasada, con un pie fuera de las carrera por el título, al borde de la eliminación a las primeras de cambio, algo que sólo puede evitar si gana tres partidos seguidos. El Estudiantes que salió a Vistalegre miraba como un tigre. Enfrente, un Barcelona acostumbrada a labrarse el camino en las situaciones más difíciles, también. Estaba dispuesto a poner el empate en la serie porque sabía a lo que se exponía. Durante diez minutos se enseñaron los dientes (19-21).

Los actuales campeones pisaron el intermedio habiendo encajado un parcial de 18-7 en el segundo corte (37-28). Era pronto para dar por muertos a los hombres de Manolo Flores. Sin embargo, la gasolina se les había acabado. Dos ataques seguidos sin poder lanzar siquiera ante el gran trabajo defensivo colegial acreditaron el pronóstico grave del buque culé. Las defensas alternativas madrileñas levantaron un muro ante el aro, plantaron la base de lanzamiento del contragolpe y cavaron la fosa del Barcelona (51-34 m.27).

Jiménez, Iker Iturbe y Andrés Miso enfilaron el banco entonces. El técnico de casa, José Vicente Hernández, les daba descanso y, a la vez, ordenaba defensas presionantes para ralentizar la subida del balón. El Estudiantes tenía la sartén por el mango. El campeón en funciones el agua al cuello. Tocado en la línea de flotación en el tercer cuarto (56-42), terminó de hundirse nada más arrancar el último. Sin noticias de Bodiroga, con un Fucka desconocido, agarrado a la eterna bandera de Navarro, el Barcelona empezó a perder la conciencia víctima de un triple obra de Loncar (60-42). En el ecuador del tramo dejó de respirar. Esta vez el triple partió de las manos de Jasen (65-47). El 2-0 no tenía discusión posible. El Barça miraba hacia el suelo.