Julián Marcos, jugador del Portmany, se quedó con las ganas de lanzar el penalti que finalmente quedó en un saque de puerta, debido a la rectificación del colegiado Murillo Martínez. Este caso dantesco ocurrió el pasado domingo en el campo del Atlético Baleares. El futbolista pitiuso calificó esta situación como «digna de enmarcar». «Nadie tenía dudas del penalti que había pitado, e incluso no hubo ninguna protesta por ningún jugador del Baleares, hasta que decidió rectificar y dar el saque de puerta», explicó.

Según Julián, el penalti fue «un balón interior a Maikel, que se anticipó al portero llegó antes que el meta al balón y luego éste lo barrió. Era clarísimo».

El colegiado manifestó ayer en la Cadena Ser que «en ningún momento había pitado». Ante estas declaraciones, el jugador del Portmany aseveró: «Lástima que estas cosas no queden reflejadas en vídeo, porque se vería perfectamente cuál fue su decisión y la posterior rectificación».

Para Julián Marcos, la determinación de no decretar pena máxima no llegó con alevosía, aunque duda de esta reacción. «Ves estas decisiones tan extrañas, que llega un momento que no sabes qué pensar. Luego nos pitó un penalti que supuso el que si pita eso, debe pitar siete u ocho en cada partido», comentó.

Para el futbolista ibicenco, Murillo Martínez «es el único que sabe realmente la decisión que tomó. Él tendrá la conciencia tranquila, pero arbitrajes así destruyen el fútbol. Creo que el Portmany ha hecho bien en hacer pública la queja al comité y que éste decida», sentenció.