CASADEMONT GIRONA 93
REAL MADRID 90

CASADEMONT GIRONA (27+20+17+29): Thompson (20), Victoriano (9), Myers (21), Recker (11), Julián (15) equipo inicial-, Struelens (4), Rogers, Grimau (4) y Dumas (9).

REAL MADRID (20+12+24+34): Sonko (11), Bennett (20), Bueno (4), Reyes (4), Gélabale - equipo inicial-, Stojic (3), Fotsis (7), Herreros (9), Hervelle (9), Bullock (23) y Burke.

Àrbitros: Daniel Hierrezuelo, Vicente Bultó y Carlos Sánchez Monserrat.

Efe|GIRONA

El Real Madrid perdió su condición de invicto ante el Casademont Girona, cuyos jugadores hicieron un partido completísimo que les permitió dominar a su rival los cuarenta minutos de encuentro y acabar con un marcador de 93 a 90.

El Casademont fraguó su victoria en tres aspectos básicos, la incansable lucha de todo el equipo, el magnífico rendimiento de la pareja interior formada por Kevin Thompson y Cyril Julian y una nueva demostración particular de Terrel Myers. Con estas tres premisas, los gerundenses llegaron al final del primer cuarto ganando de siete (27-20) y al final de la primera parte dominando de quince, 47-32. Sólo en el tercer cuarto, el Real Madrid se sacudió un poco el dominio de los locales y esto le permitió colocarse a cuatro puntos. Sin embargo, la reacción fue un espejismo, puesto que fueron los locales los que supieron jugar cómo dominadores del partido hasta el pitido final.

Al final del partido las tres claves dejaban claros los números. El Casademont valoró 111 puntos por 88 del Real Madrid. Entre Thompson y Julian sumaron 35 puntos para su equipo, mientras entre los seis interiores del Madrid se repartieron 23. Y para premio final Myers eclipsó a Bullock y dio un paso más para convertirse en el gran héroe de un equipo que tuvo todo el apoyo de su afición.

Por su parte, el equipo de baloncesto del Barcelona imitó a su homónimo de fútbol y supo sobreponerse a las lesiones para obtener un nuevo triunfo ante el Lagun Aro Bilbao (86-78), que le permite igualar al frente de la tabla de la ACB, a diez victorias y una derrota, con el Real Madrid y el Etosa de Alicante. El partido comenzó con la sorpresa de ver sentado en el banquillo azulgrana, sin poder jugar, a Dejan Bodiroga, por precaución, al estar afectado por una sobrecarga en el pie derecho. Pero pese a que el Barcelona cuenta con un banquillo corto, todas estas circunstancias no afectaron para nada al equipo catalán, que mandó en el marcador con comodidad desde el 2-0 inicial, hasta romper definitivamente el partido en el tercer cuarto.