Iria Villar y Silvia Morales luchan por un rebote durante el encuentro de ayer. Foto: KIKE TABERNER

ROS CASARES 55
CB PUIG D'EN VALLS 47

ROS CASARES: Zimerle (6), Sánchez (12), Batkovic (11), Aguilar (3) y Page (12) -cinco inicial- Jordana (3), Pollini (8) y Compañ.

CB PUIG D'EN VALLS: Morales (14), Temnik (2), Novo (3), Dijon (6) y Ujvari (8) -cinco inicial- Laaksonen (1), Jiménez (4), Gómez (7) y Villar (2).

Parciales: 14-4; 17-12; 13-13; y 11-18.

Àrbitros: Pagan y González (Colegio madrileño). Eliminadas Zimerle, Sánchez y Batkovic.

Incidencias: 1.100 espectadores.

Àrea 11-Rafael Anaya|VALENCIA

El Puig d'en Valls no pudo dar la sorpresa en la Fuente de San Luís. Las baleares acabaron claudicando ante el todopoderoso Ros Casares por 55-47. Sin embargo, el conjunto de Jordi Fernández pudo haber puesto en más aprietos a las valencianas si no hubiera tirado casi por completo el partido en un desastroso primer cuarto.

Y es que el conjunto ibicenco tan sólo fue capaz de anotar cuatro puntos en este primer periodo. Y esas concesiones ante un rival tan imponente como el Ros Casares acaban pagándose muy caro.

En el segundo cuarto todo siguió igual. El Ros Casares recuperaba muchos balones, lo que le permitió hacer lo que más le gusta, salir al contragolpe. Todo hacía indicar que las valencianas romperían tarde o temprano el partido, pero sus numerosas impresiciones en el tiro, ya fuera de Aguilar, Zimerle o Page, permitieron que el equipo pitiuso se fuera al descanso con una diferencia de 15 puntos (31-16).

Tras la reanudación se cambiaron las tornas y las ibicencas comenzaron a reaccionar. Con una defensa mucho más agresiva, fueron recortando las diferencias, merced al buen hacer de Silvia Morales quien, con 14 puntos, fue la máxima anotadora del encuentro. Así, el PDV llegó a ponerse a tan sólo 12 puntos (38-26) a falta de tres minutos para el final del tercer cuarto. Sin embargo, el juego interior de las locales, capitaneado por Baskovic y Page, permitió mantener a flote al Ros Casares y seguir manteniendo rentas cómodas. El conjunto de Santa Eulàlia, pese a la superioridad del Ros Casares, no tiró la toalla y, aprovechando su efectividad defensiva y los errores en los lanzamientos de las valencianas, le permitieron llegar a situarse a tan sólo nueve puntos en el electrónico (53-44), tras una canasta de Anna Gómez. Ello propició que el nerviosismo se instalara en las valencianas, que veían como su rival les hacía estragos. Pero las locales mantuvieron el tipo e impidieron la victoria.