Efe |MADRID
Real Madrid, Barcelona, Valencia y Deportivo vuelven a ser, un año más, los principales aspirantes al oro de la Liga en el inicio de una larga carrera de treinta y ocho etapas en las que Athletic, Sevilla o Atlético de Madrid, además de algún que otro equipo tapado, pueden tener sus momentos de gloria y aspirar a arrebatar el podio, en principio destinado, a los más grandes. La Liga toma el testigo de los Juegos Olímpicos dispuesta a demostrar, desde el primer momento, que la explosión táctica y la regresión técnica que predominó en la Eurocopa con Grecia y en la Liga de Campeones con el Oporto, no es el camino a seguir por el fútbol español. De hecho, los presagios no pueden ser mejores. Los equipos siguen apostando por el espectáculo, el juego ofensivo y el buen trato del balón, como lo demuestra el hecho de que los grandes cracks sigan en la competición y que continúen llegando jugadores de calidad con gusto por lo bello. Deco, Giuly, Larsson, Owen y el regreso de Morientes, apoyan este punto de vista, que se puede reforzar en el hecho de que los tres equipos ascendidos hayan decidido apostar por entrenadores de reputado prestigio en el trato del balón cuando eran jugadores en activo. Schuster en el Levante, Quique Sánchez Flores en el Getafe y Francisco en el Numancia no pueden repudiar el fútbol técnico y brillante del que hicieron gala, no hace tanto, vestidos de corto y sobre el césped. El Barcelona ha sido el que más se ha reforzado, tratando de apuntalar la cada vez más emergente figura de Ronaldinho, mientras que el Real Madrid ha decidido fortalecer su defensa y su ataque con Woodgate, Samuel y Owen. El Valencia también parece haber hecho los deberes y la salida de Rafa Benitez fue inmediatamente cubierta con Claudio Ranieri, que pese a fichar a jugadores como Di Vaio, Fiore y Corradi ya ha manifestado que no piensa «italianizar» a su equipo.