La selección española tiene a Serbia y Montenegro enfrente con la doble posibilidad de certificar la primera posición del Grupo A y, con ella, situar a la selección balcánica, vigente campeona del mundo, al borde del abismo con un sólo encuentro más por delante para acabar la primera fase.

España y el equipo heredero de la extinta Yugoslavia juegan hoy (10.15 horas) en el Helleniko Sports Complex en una situación atípica, ya que históricamente ha sido el equipo 'plavi' el gran favorito para la victoria y, en esta ocasión, la candidata al éxito en todos los pronósticos es la escuadra dirigida por Mario Pesquera.

El equipo yugoslavo vive envuelto en una auténtica marejada. Desde el técnico, Zeljko Obradovic, hasta los jugadores. El seleccionador serbio felicitó a su equipo después de la derrota en el último segundo ante Argentina (82-83). Celebró el apurado 69-71 contra Italia, pero el batacazo frente a Nueva Zelanda (90-87) le ha sacado de quicio.

Obradovic sugirió intencionalidad en la falta contra el base Milos Vujanic que desencadenó la sorpresa neozelandesa, señalada por el árbitro suizo Phillipe Leeman. Asimismo, exigió «responsabilidad individual», un claro síntoma de descontento con alguno de sus jugadores, que podrían ver el resto de los Juegos desde casa.