PORTUGAL: Ricardo (*), Miguel (**), Andrade (**), Carvalho (**), Nuno Valente (*); Figo (**), Costinha (**), Maniche (**), Simao (*); Deco (**) y Pauleta (*).
Cambios: Nuno Gomes (*) por Pauleta; Rui Costa (*)por Simao y Cristiano Ronaldo (**)por Figo.
RUSIA: Ovchinnikov (-), Smertin (*), Kariaka (*), Izmailov (*), Kerzhakov (*); Alenichev (*), Evseev (*), Sennikov (*), Loskov (*); Bugayev (*) y Aldonin (*).
Cambios: Malafeev (*) por Aldonin; Bulykin (*)por Karyaka y Bystrov (*) por Izmailov.
Àrbitro: Terje Hauje (NOR). Mostró tarjeta amarilla a los portugueses Carvalho y Deco, y a los rusos Smertin, Evseev y Alenichev. Expulsó, con roja directa, al portero Ovchinnikov (m.44).
Goles:
1-0, minuto 7, Maniche.
2-0, minuto 89, Rui Costa.
César Toldrá|LISBOA
Portugal se metió ayer la lucha por estar en los cuartos de final de la Eurocopa, al vencer por 2-0 a Rusia, después de su desafortunado debut de hace cuatro días ante Grecia y con una buena primera parte y un gol tempranero y otro postrero dejó sin ninguna opción de clasificación para la siguiente a una apático rival, que sólo creó peligro en el segundo tiempo, con el marcador en contra y un jugador menos. Las críticas recibidas tras el desastre del primer día llevaron a Luiz Felipe Scolari hacer un guiño a la grada con tres cambios en defensa y, sobretodo, con la presencia del deseado Deco en lugar del apagado Rui Costa en el once titular. Las urgencias eran ya notables y las presiones pudieron con el técnico brasileño.
Pronto quiso dar Deco la razón a sus fieles, que habían pedido encarecidamente la inclusión en el equipo. A los siete minutos de partido un pase suyo fue aprovechado por Maniche para adelantar a los suyos y desatar la euforia colectiva en estadio de la Luz. La archiconocida debilidad del centro de la zaga rusa se volvió a poner de manifiesto. Y es que Portugal salió en tromba ante un rival que también quiso validar la opinión de uno de los suyos, la del expulsado Alexander Mostovoi, puesto que la lentitud y nulidad de respuesta de los rusos desde el principio daban a entender un agotamiento físico y mental a las primeras de cambio.
De hecho, Giorgi Yartsev también revolucionó el equipo con cuatro cambios. Las variantes más significativas fueron la entrada de Loskov como organizador y la inclusión de un punta más móvil y rápido como Kerzhakov en lugar de un 'nueve' puro como Bulykin. Calmado el ciclón inicial, Rusia sacó un poco la cabeza, pero su juego era frío, sin alma. Su rival, todo lo contrario, y sustentado en el fervor de su público buscaba dar la puntilla. Figo, con sus arrancadas generaba el mayor peligro y hacía bramar a un estadio necesitado de recuperar el orgullo mancillado el pasado sábado en el estadio del Dragón. Portugal se adueñó por completo del partido. Llegaba y llegaba al área rival, pero sin generar oportunidades claras de gol. Le faltaba culminar con otro gol. Tenía acorralado a su contrincante en un rincón, pero le faltaba conectar el golpe de gracia que lo dejase liquidado. Mientras, el guardameta Ricardo era casi un espectador más al otro extremo del campo. La fiesta en el estadio era total, con ola incluida en la grada.
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