Javier García|MÓNACO
El italiano Jarno Trulli (Renault) logró ayer su primera victoria en un Gran Premio, al vencer en el de Montecarlo, al termino de una carrera muy accidentada en la que el español Fernando Alonso padeció su primer abandono, «gracias» a que el alemán Ralf Schumacher le envió contra el muro dentro del túnel, la parte más rápida del circuito.

Trulli no sólo consiguió su primera victoria en un Gran Premio, después de haber disputado 119, sino que puso fin a la supremacía del alemán Michael Schumacher, vencedor de las cinco primeras carreras de la temporada y que también sumó su primer abandono del año al colisionar también contra el muro en el túnel, cuando la carrera estaba neutralizada por el accidente del asturiano Fernando Alonso.

Schumacher frenó muy fuerte para no darse con el coche de seguridad y el colombiano Juan Pablo Montoya se fue al lado derecho para evitar, a su vez, la colisión por detrás con el Ferrari. Pero éste también se desplazó hacia ese lado, se tocaron y el alemán terminó contra el muro. Arrancó por completo la suspensión delantera izquierda.

En cuatro vueltas habían abandonado dos protagonistas de la carrera y aspirantes al podio. Trulli, que tenía una ventaja sobre Alonso, segundo, de entres dos y tres segundos, se mostraba como un líder sólido, y la única oportunidad del asturiano para lograr la victoria hubiera sido la de adelantarle en el segundo repostaje.

Alonso había logrado superar a Jenson Button en la salida para situarse segundo tras Trulli, mientras que detrás de estos marchaba el compañero de equipo del británico, el japonés Takuma Sato. Sato rompía el motor en la tercera vuelta, en medio de una impresionante columna de humo blanco al llegar a la Piscina. Cegó a todos los que le seguían y el italiano Giancarlo Fisichella se subía por encima del McLaren-Mercedes del británico David Coulthard y terminaba volcado junto a los raíles de protección de la Piscina. Michael Schumacher aprovechó la primera parada para repostar para ganar dos posiciones, en detrimento de Button y del finlandés Kimi Raikkonen, situándose detrás de los pilotos de Renault, sobre los que tenía una desventaja de cinco segundos.

En la vuelta 42 de las 77 de que constaba la carrera, Fernando Alonso se disponía a doblar a Ralf Schumacher, al que le venían mostrando la bandera azul para que le diera paso desde el Casino. Lo intentó en el túnel, Ralf Schumacher le dio y disminuyó su marcha, pero cuando estaba a su altura aceleró la marcha y lo cerró contra la parte exterior, donde la pista está muy sucia. El español no pudo controlar el coche y terminó contra el muro. Destrozó el coche y terminó con la esperanza de su segundo puesto en Mónaco, como mínimo.