OPORTO: Vitor Baía; Paulo Ferreira, Jorge Costa, Ricardo Carvalho, Nuno Valente; Costinha; Maniche, Aletnichev, Deco; Carlos Alberto y McCarthy.
Cambios: Marco Ferreira por McCarthy, Jankauskas por Aletnichev y Pedro Mendes por Costinha.
DEPORTIVO: Molina; Manuel Pablo, Naybet, Andrade, Romero; Sergio, Mauro Silva; Víctor, Valerón, Luque; y Pandiani.
Cambios: Fran por Luque, César por Víctor y Duscher por Sergio.
Arbitro: Markus Merk (ALE). Expulsó con tarjeta roja directa a Andrade (m.86) por dar una patada a Deco después de hacerle una falta, cuando el juego ya estaba detenido. Mostró tarjeta amarilla a Carlos Alberto (m.22), Ricardo Carvalho (m.29), Mauro Silva (m.29) y Paulo Ferreira (m.92).
Efe|OPORTO
La final de la Liga de Campeones está un poco más cerca para el Deportivo de La Coruña después de su visita a Oporto, donde firmó un empate sin goles que le sirve para tomar cierta ventaja en la carrera que concluye el 26 de mayo en el estadio AufSchalke de la ciudad alemana de Gelsenkirchen.
Ante un rival que nada más ha perdido tres partidos esta temporada, y sólo uno en la Liga de Campeones (ante el Real Madrid en Das Antas), el Deportivo no jugó su mejor encuentro, ni mucho menos, pero tuvo oficio para conseguir un excelente resultado.
La trascendencia del primer duelo de la eliminatoria quedó patente desde el pitido inicial. Hubo mucha tensión desde el inicio y muy poco fútbol. Con ese guión, el Deportivo, más dotado para el espectáculo, fue el más perjudicado.
El equipo español pareció asustarse por el ímpetu que el Oporto exhibió en cada acción, a veces aderezado con grandes dosis de dureza, y no dio muestras de la calidad que atesora. No fue, ni de lejos, el Deportivo que humilló al Milán en Riazor hace sólo dos semanas.
Juan Carlos Valerón apenas entró en juego. Esa fue la peor noticia esta noche para el equipo de Javier Irureta, junto con la tarjeta amarilla que vio Mauro Silva y que le impedirá jugar el encuentro de vuelta, y la roja que le mostraron a Andrade y que podría dejarle fuera incluso de la final si el Deportivo supera la eliminatoria.
Sin la magia de Valerón, con Walter Pandiani muy aislado arriba y Albert Luque poco inspirado, el Deportivo se quedó sin armas para hacerle daño a su rival.
Lo que sí hizo bien el conjunto coruñés fue defenderse, pero también es cierto que el Oporto no le creó demasiados problemas.
Sin obsesión por atacar a pesar de actuar antes sus aficionados, con un juego muy lento y repleto de pases horizontales, los «dragones» que dirige José Mourinho ofrecieron una primera mitad mediocre. Fueron los dueños del balón, pero de poco les sirvió.
Su director de orquesta, Anderson de Souza Deco, no ofreció ni una sola nota de calidad y la sinfonía que interpretó el Oporto antes del descanso no entusiasmo a nadie.
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