La primera confrontación de la temporada en aparente igualdad de
condiciones se saldó con el dominio de los Ferrari de Michael
Schumacher y Rubens Barrichello y tras ellos los Renault de Jarno
Trulli y Alonso, entre los que se intercaló el BAR-Honda de Jenson
Button.
La reglamentación que sólo permite la utilización de un motor
para todo el Gran Premio provocó que apenas se rodara en la primera
hora y en ella fue Fernando Alonso el que más giros dio,
catorce.
En esa primera hora los Ferrari F2004 comenzaron a dictar su ley
y en tan sólo cuatro vueltas, es decir dos lanzadas, Michael
Schumacher marcó el mejor tiempo y ya no volvió a la pista hasta la
segunda tanda.
Alonso fue quinto a dos segundos y dos décimas de Schumacher y a
tres décimas de su compañero Trulli, tercero. Lo más prometedor es
que el asturiano rodó ayer, a pesar de las limitaciones de vueltas,
un segundo y medio más rápido de lo que lo hizo el pasado año.
El tercer y quinto tiempo en las dos series, por delante de los
pilotos de las escuderías Williams-BMW y Mclaren-Mercedes, hay que
considerarlo como un comienzo muy prometedor y sobre todo con una
gran confianza en la fiabilidad del motor ya que los Renault son
los coches que más han rodado.
Michael Schumacher fue uno de los pilotos que menos vueltas dio
en las dos series, cuatro en la primera y quince en la segunda,
pero es que en esta última no pudo completar su trabajo al salirse
de la pista en la entrada de la recta de meta y destrozar la parte
inferior del coche.
Los tiempos conseguidos con los Ferrari, hay que tomarlos con
precaución, porque es posible que rodaran con muy poca gasolina y
estén preparando una carrera a tres paradas para repostar y cambiar
neumáticos, aprovechando la modificación de entrada a boxes, que
ahora es mucho más rápida y que la velocidad en la calle de boxes
ha sido subida a 100 km/h.
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