EFE - Barcelona
En esta ocasión la táctica de Mclaren de retrasar el repostaje parecía la buena. Michael Schumacer, una vez que se vio superado, perdió cada vez más terreno, porque el tercer juego de neumáticos se le deterioró enseguida y le producía muchas vibraciones, pensó en detenerse para cambiarlos en las últimas vueltas, pero como llevaba ventaja suficiente al tercer clasificado, el colombiano Juan Pablo Montoya, decidió seguir hasta el final.

La última vuelta la inició Hakkinen con cuarenta y dos segundos y medio de ventaja sobre Schumacher, pero el motor cedió, levantó el pie del acelerador y continuó avanzando lentamente, en un intento desesperado de llegar a la línea de meta, comenzaron a salir llamas de la parte inferior de su vehículo y cuando comprobó que era imposible su objetivo, se detuvo al borde de la pista, dejando en bandeja la victoria al piloto de Ferrari.

La de ayer fue la victoria número 49 de Michael Schumacher en un Gran Premio; algunas de ellas han sido geniales, como su primera en este circuito con Ferrari bajo un diluvio, otras han sido conseguidas gracias a su sentido táctico, dominadas del principio al fin, otras accidentadas; pero ninguna tan afortunada como la de ayer. Fernando Alonso confirmó su talento con una carrera impecable, en la que finalizó en decimotercera posición y dejó por detrás suyo a los dos pilotos de Benetton-Renault, el italiano Giancarlo Fisichella y el británico Jenson Button.

El asturiano salió muy bien, pero Fisichella salió mejor y lo adelantó, pero Alonso, a pesar de la poca potencia de su motor, intentó en varias ocasiones adelantar al italiano, se emparejó con el, pero no alcanzó ventaja suficiente como para entrar primero en la curva.

La primera parada para repostar y cambiar neumáticos fue aprovechada por Alonso para superar a Fisichella, al cual ha sacado más de un minuto al cruzar la línea de meta. El holandés Jos Verstappen (Arrows A22 Asiatec) ha sido quien ha tenido el asturiano en el punto de mira en las últimas vueltas, llegó a estar a menos de medio segundo, pero al igual que ocurrió con Fisichella, la poca potencia del motor le impidió culminar su trabajo.