El japonés Youichi Ui (Derbi) fue el único claro vencedor en
Welkom, pues salió como un rayo en la prueba de 125 c.c., abrió
hueco respecto a sus rivales y ahí se acabó la carrera. Su victoria
resultó inapelable, con su compañero de equipo, el italiano Manuel
Poggiali segundo, aunque en su moto luzca los colores de Gilera,
que no hacen más que camuflar una Derbi «de verdad» y el también
nipón Noboru Ueda (Honda) en tercer lugar y con la imperiosa
necesidad de puntuar tras su caída de Suzuka.
Igual de contundente que como aconteciera un par de semanas
antes parecía que iba a ser el triunfo de Daijiro Katoh. Salió bien
pero en la frenada se le colaron los pilotos de Aprilia Marco
Melandri y Tetsuya Harada, pero en la segunda vuelta consiguió
superarlos y se marchó en solitario.
Mucho más equilibrada resultó la lucha en los 500 c.c. El ritmo
inicial de carrera fue lento y eso propició la formación de un
nutrido grupo de pilotos. El italiano Valentino Rossi, a la postre
vencedor de la carrera, dejó hacer a sus rivales para estudiarlos
y, cuando tuvo la situación clara, saltó a la palestra. Su lección
sólo se la aprendió el mismo piloto que le puso en apuros en los
entrenamientos, su compatriota Loris Capirossi (Honda), que fue el
único que pudo irse tras su estela en el último tercio de
carrera.
Con un ritmo de vuelta rápida a cada giro por parte de ambos
pilotos, el final se presagiaba espectacular y ceñido, pero el
joven Rossi logró unos metros de ventaja, algo más de medio
segundo, respecto a Capirossi, que resultó definitivo.
La saga Nieto, encabezada por su hijo primogénito, Angel
«Gelete», que consiguió una meritoria quinta plaza en los 125 c.c.
y su sobrino «Fonsi», que logró idéntico puesto en los 250, se
erigieron en protagonistas españoles de la carrera.
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