Para Roger Lemerre, Zinedine Zidane y compañía también se
presenta como una ocasión de ratificar su condición de mejor
selección del momento casi inaccesible. Francia empezó contra Japón
el sábado pasado la denominada ´Operación Copa del Mundo´ y lo
quiere hacer a lo grande, añadiendo otra muesca a su infalible
revólver futbolístico.
Mestalla acogerá con sus mejores galas un partido de primera
magnitud, con grandes figuras sobre el césped, y un equipo español
que ansía devolver la ilusión a sus aficionados después de
tropiezos ante Argentina, Alemania, Holanda e Inglaterra, que
mermaron esa pretensión de Camacho de subir el peldaño e instalarse
de una vez, en el momento de la verdad, en el rellano del
éxito.
España está invicta en la Comunidad Valenciana desde 1994,
cuando cayó en Valencia ante Croacia (0-2), pero Francia ya se
encargó, por ejemplo, de acabar con la magia de española en Sevilla
en 1991 (1-2), así como de terminar con su sueño en la final de la
Eurocopa 1984 (2-0) y en los cuartos de la del 2000 (2-1).
Este cóctel de adversidades españolas ante Francia en los
últimos veinte años espolea más a los hombres de Camacho,
necesitados de un triunfo que no da puntos pero sí confianza y
prestigio. El técnico murciano ha insistido en esta concentración
en la necesidad de no repetir los errores puntuales que han
supuesto derrotas en los anteriores compromisos pese a no haber
jugado precisamente mal en alguno de ellos.
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