La consecución de la Copa Davis cerró un mar de dudas sobre el
tenis español y abrió un futuro de esperanzas en un año que acabó
sin brillo en el Grand Slam, aunque con once títulos, nueve en el
circuito masculino y sólo dos en el femenino.
Después de la histórica victoria en el Palau Sant Jordi contra
Australia, los jugadores españoles podrán entrar ya en el vestuario
sin agachar la cabeza. Eran conocidos por su raza en las pistas de
tierra y su lento pero cada vez mejor aprendizaje en las rápidas,
pero les faltaba levantar la Ensaladera. Conseguido ya este trofeo,
el deporte español tiene una asignatura pendiente menos. Alex
Corretja fue el mejor en el circuito ATP.
No falló en sus seis finales disputadas, con cinco títulos, uno
de ellos Masters Series (Indian Wells), otro en rápida (Washington)
y uno en cubierta (Toulouse), además de otros dos en tierra
(Kitzbuhel y Gstaad), aportó su trabajo en la Copa Davis y ganó la
medalla de bronce en los JJ.OO. de Sydney con su amigo Albert
Costa, y hasta se hizo con el campeonato de España y el Masters
nacional. Un lujo, como él mismo expresó.
El 2000 significó la vuelta de Carlos Moyá tras un suplicio de
lesiones y la recompensa con el título en Estoril. El tenis
femenino español sufrió en el 2000 y acabó con un escaso bagaje.
Sólo dos títulos, el de Conchita Martínez en Berlín y Gala León en
Madrid adornan la temporada.
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