Tres días después de derrotar al Real Madrid, desbordado por la
euforia, el Barcelona se asoma al drama, porque si no derrota al
Leeds puede darse por eliminado. Debería aplazar, por octavo año
consecutivo, el sueño europeo. A favor tiene su estado de ánimo, el
buen juego mostrado en sus tres últimos partidos y la confianza del
técnico en un equipo titular. El juego barcelonista ha ganado
consistencia con la entrada en el conjunto de Luis Enrique y de los
olímpicos Carles Puyol y Xavi Hernández.
En contra, la presión a la que se verá sometido en Elland Road,
frente a un equipo que, de no conseguir la victoria tendría que
jugarse la clasificación en San Siro, en la última jornada. El
Leeds suma, respecto a su penosa pasada actuación en el Camp Nou,
la aportación ofensiva del australiano Mark Viduka, un jugador tan
decisivo como irregular en sus actuaciones.
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