Honchar invirtió en los 47'6 kilómetros 56 minutos y 21
segundos, diez menos que el alemán Michael Rich que logró la plata
y 24 con respecto al húngaro Laszlo Bodrogi que se llevaba el
bronce. Olano firmaba su mal día con un registro de 57:50 que
reflejan bien a las claras la falta de ritmo que tuvo durante todo
el trazado.
El comienzo de la carrera no podía ser mejor para Abraham Olano,
pues minutos antes del comienzo se anunciaba la baja de su
compañero de equipo en la ONCE DB el francés Laurent Jalabert,
debido a una gastroenteritis.
Un enemigo menos, otro ilustres especialista en prueba
cronometradas que se unía a la larga lista de abandonos encabezada
por el podio de Sydney: Ekimov, Ullrich y el estadounidense
Armstrong. Las posibilidades de Olano subían enteros y también las
de los buenos contrarrelojistas que había y que, últimamente, han
tenido que conformarse con puestos de honor en cuantas carreras han
coincidido con los mencionados ausentes y Olano.
Ese vacío lo aprovechaba perfectamente el ucraniano Serguei
Honchar y por fin, como exclamó camino del podio, logró el objetivo
de subir a lo más alto del podio en una prueba en la que ya había
sido segundo (1997) y tercero en (1998).
Junto a él dos corredores que suelen estar entre los mejores en
cuantas cronos participan, el alemán Michael Rich, un tanto apagado
desde que logró el oro con Alemania en la prueba de 100 kilómetros
de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 y el neoprofesional húngaro
Laszlo Bodrogi.
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