NATALIA ARRIAGA - SYDNEY
La holandesa Inge de Bruijn y el estadounidense Lenny Krayzelburg ganaron su segunda medalla de oro de los Juegos, pero estos triunfos, por esperados, no fueron tan celebrados en el Aquatic Centre de Sydney como la victoria del italiano Massimiliano Rosolino en los 200 metros estilos, que da a su país la quinta medalla. El currículo de los rivales de Rosolino engrandece su actuación: ganó al campeón de Atlanta, Attila Czene; al del mundo, Marcel Wouda; al plusmarquista mundial, Jani Sievinen; y al medallista de oro en los 400, Tom Dolan. Con todos pudo Rosolino, que, marcó un tiempo de 1:58.98 sólo inferior en 82 centésimas al récord universal.

Rosolino ya había ganado plata en los 400 libre y bronce en el doble hectómetro del mismo estilo, por lo que ya las tiene de todos los colores. Domenico Fioravanti y Davide Rummolo completan, de momento, la relación de brillantes medallistas italianos en la natación de Sydney.

Como estaba previsto, la holandesa Inge de Bruijn se impuso en la final de 100 libres, aunque no logró el récord que también estaba previsto. Otro norteamericano, Lenny Krayzelburg, sumó también su segundo oro al imponerse, con bastante facilidad, en los 200 metros espalda. Ya había ganado el hectómetro, aunque, como hoy, sin mejorar sus propias plusmarcas mundiales.

La rumana Diana Mocanu se clasificó con el mejor tiempo, 2:09.64, para la final de los 200 espalda. Ya ganó el oro en el hectómetro y tiene otra victoria casi en el bolsillo. La japonesa Tomoko Hagiwara (2:11.02) terminó segunda y con el tercer tiempo empataron la francesa Roxana Maracineanu y la española Nina Jivanevskaia, por lo que las cuatro partirán con posibilidades de repartirse las tres plazas del podio.