EFE - ANDORRA
Roberto Laiseka (Euskaltel) se adjudicó la victoria en la jornada, la undécima mientras que el liderato de la competición fue para Angel Casero (Festina). A pesar de la dureza de la jornada, una de las más cortas pero con la cima más alta de esta edición al final de la misma, se produjeron numerosas escaramuzas desde los primeros kilómetros pero ninguna fructificó hasta que en el kilómetro 16 lo intentan Andrea Perón (Fassa Bortolo), Andrei Zintchenko (LA Pecol) y Rolf Aldag (Telekom).

Este trío fue el que marcó la pauta en los kilómetros iniciales, aunque otros corredores probaron fortuna e intentaron enlazar con los fugados, pero igualmente sin fortuna, mientras que en el pelotón el ONCE Deutsche Bank asumió la responsabilidad de marcar un ritmo que no permitiese sorpresas. En la subida de la primera dificultad montañosa de la jornada Perón intentó la aventura en solitario y se marchó de sus dos compañeros de fuga, que acabaron por ser neutralizados por un pelotón que ya en esa subida comenzó a perder muchas unidades, si bien en el mismo estaban todos los favoritos.

Olano dio impresión de tener problemas, pero consiguió enlazar con ellos apenas unos kilómetros después, en tanto que Alex Zulle dio muestras de estar recuperado de las pájaras de anteriores días y hasta se permitió el lujo, en ocasiones, de atacar a sus rivales. Por delante, Perón fue neutralizado y se quedó algo descolgado por un sexteto en el que se encontraban tres hombres del Kelme Costa Blanca, muy activo toda la jornada, Fernando Escartín, Oscar Sevilla y José Luis Rubiera, además de Laiseka, Blanco y Sastre en las rampas de Ordino, en tanto que por detrás se formaba un pequeño grupo con absolutamente todos los candidatos de esta ronda española.

En las duras rampas de Ordino-Arcalís se decidió la carrera y mientras los hombres del Kelme trabajaron para llevar hasta arriba a Heras y Escartín, en busca de la general de la Vuelta, Laiseka demarró para conseguir la victoria parcial y la obtuvo. Salvo los Kelme, Ullrich, Olano y compañía cedieron mucho tiempo y Santos González vio como también a él le arrebataban el jersey oro a las primeras de cambio.