Tras los dos primeros clasificados llegaron Robin, Voigt y
Durand, con los que los dos primeros clasificados habían estado
escapados durante gran parte de la etapa, y a más de quince minutos
llegó el resto del pelotón donde se encontraba el líder, Lance
Armstrong. El Tour cuenta, anualmente, con la cita con los
Pirineos, con los Alpes, con las contrarrelojes y, como no, con los
mejores ciclistas del momento, pero también cuenta con etapas en el
que el tedio, debido a lo excesivo de su kilometraje, es la nota
predominante. La etapa entre Lausana y Friburgo, de 246 kilómetros,
tenía todos los argumentos para que la mayoría de los aficionados
optasen por una buena siesta en el cómodo sillón de la playa. Era
una de esas jornadas que se repiten todos los veranos.
Como todos los indicios apuntaban, en los primeros kilómetros,
se vivió una escapada con todas las bendiciones del pelotón, que no
estaba por la labor de controlar la carrera. Así los ataques eran
una constante en los primeros momentos de la etapa, conocedores,
los ciclistas, que un ataque que cuajase prácticamente le daría la
opción de luchar por la etapa. Fueron cinco hombres Vinokourov
(Telekom), Durand (Lotto), Voigt (Crédit Agricole), Robin (Bonjour)
y Commesso (Saeco) quienes consiguieron distanciarse del seno del
pelotón. A partir de ese instante, la calma reinó en el resto de
los ciclistas, más preoupados de resarcirse de viejas heridas de
guerra, y conservar lo conseguido hasta el día de hoy de cara a la
contrarreloj de 58 kilómetros que se disputará mañana.
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