EFE-CARPENTRAS
El italiano Marco Pantani y el estadounidense Lance Armstrong dieron una lección de ciclismo en el mítico Mont Ventoux, final de la duodécima etapa del Tour, y entre los dos firmaron una de las jornadas más brillantes del ciclismo en los últimos años, que concluyó con la victoria del ciclista transalpino.

La dureza de Mont Ventoux no defraudó a nadie. En la cima, el viento sopló a unos 80 kilómetros a la hora y la temperatura no superó los nueve grados. La etapa se desarrolló de acuerdo al guión previsto. Hasta los pies del Mont Ventoux no se iba desatar la batalla y los grandes de la general no se movieron hasta ese momento. Desde Carpentras hasta las faldas del Ventoux la carrera se desenvolvió con muchos movimientos hasta que se formó una escapada de nueve hombres que pedalearon solos hasta las primeras rampas. Botero, Agnolutto, Herve, Vinokúrov, Nicolas Jalabert, Arrieta, García Acosta, Mattan y Kivílev formaron la cabeza de carrera en el kilómetro 43.

A unos diez kilómetros de la cima del Ventoux, Pantani comenzó su recital. El italiano hizo un alarde de garra y lanzó hasta cinco ataques para quedarse solo en cabeza en el último. Armstrong no perdió el control de la situación y siguió pegado a Ullrich hasta que encontró el momento de pegar el «hachazo» definitivo al Tour. El estadounidense se fue a por Pantani a unos 3 kilómetros de la cima con una fuerza y soltura fuera de lo normal, alcanzó al italiano y lo llevó consigo hacia la meta, donde le cedió la victoria como premio a su tremendo esfuerzo. En tercera posición entró en meta Joseba Beloki (Festina) a 24 segundos y en cuarto lugar lo hizo Ullrich a 28. Armstrong ha dejado el Tour visto para sentencia. El norteamericano está muy por encima de sus rivales y salvo mayúscula sorpresa estará en lo más alto del podio de París.