El triunfo de Otxoa fue agónico. El corredor, que se escapó del
pelotón en el kilómetro 45, llegó a las faldas de Hautacam con las
fuerzas muy justas y comenzó la ascensión con todo en contra. Por
detrás, Lance Armstrong, que había pasado inadvertido hasta ese
momento, decidió asestar un golpe al Tour en la última ascensión y
se fue a por el español con un pedaleo impresionante. El
estadounidense dejó atrás primero a Marco Pantani y Jan Ullrich, se
tragó poco después a un grupo en el que viajaban Fernando Escartín
y Roberto Heras y se fue a por Javier Otxoa. José María Jiménez se
agarró a la rueda del norteamericano, pero la resistió solo unos
dos kilómetros. Con el camino libre, Armstrong siguió con su empeño
de dar caza a Otxoa y ahí empezó el verdadero calvario del
español.
Por delante, Otxoa se moría en su bicicleta para no ver reducida
su ventaja y por detrás Armstrong parecía una locomotora. Otxoa
sufrió hasta la extenuación para llegar en triunfador en Hautacam.
Fueron unos momentos agónicos para el español, que finalmente logró
la victoria con 42 segundos de ventaja sobre Armstrong y con 1:13
sobre José María Jiménez. El triunfo de Otxoa fue heroico. El
corredor de Kelme dio una gran satisfacción al ciclismo español y
puede estar orgulloso de lo conseguido. Ganar en Lourdes Hautacam
en una etapa durísima y con un clima muy adverso está al alcance de
muy pocos. Fue el gran protagonista de la jornada. El otro, sin
duda, Lance Armstrong, de quien ya pocos dudan de que será el
ganador del Tour, a pesar de que queda mucho camino por
recorrer.
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