En estas circunstancias, el giro que ha dado la presión en pocas
horas hace que la baja de Alberto Herreros, confirmada también para
este segundo partido, parezca menos trascendente y que, por contra,
los problemas físicos de Rodrigo de la Fuente, que se lesionó
durante el primer encuentro de la serie, se le haga un mundo a Aíto
García Reneses.
En estos momentos, las molestias que arrastra Roberto Dueñas, al
que García Reneses prefirió reservar tras el descanso del partido
que abrió la final ante la seguridad de que el Real Madrid no
dejaría escapar la victoria, y la maltrecha rodilla de De la Fuente
parecen factores mucho más desequilibrantes que la ausencia
irremediable de Herreros.
Mientras el Real Madrid se cuelga el cartel de favorito que
antes lucía su rival, el Barcelona se aferra al convencimiento en
que difícilmente repetirá en toda la final un desacierto ante el
aro como el del primer partido de la serie. Los barcelonistas son
conscientes del buen trabajo defensivo que planteó Scariolo, pero
ni así se explica el 35 por ciento de acierto en tiros de campo con
el que acabaron el encuentro. El Real Madrid, en cualquier caso, ha
descubierto ya el camino que le lleva al título. El Barça debe
salir lo antes posible de una situación que amenaza con convertirse
en espiral hacia el fracaso.
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