EFE - MÀLAGA
Àlex Corretja y un espectacular Juan Carlos Ferrero en su debut colocaron a España a sólo un punto de obtener el billete para las semifinales del Grupo Mundial de la Copa Davis, tras vencer en los dos primeros partidos de la eliminatoria contra Rusia que se disputa en Málaga.

Corretja, número uno del equipo español y reciente campeón del torneo de Indian Wells, superó a Marat Safin por 6-4, 6-3, 5-7 y 6-1, y daba la confianza necesaria para que después Juan Carlos Ferrero escribiese su primera victoria en Copa Davis al doblegar sin compasión a al número uno ruso y segundo de la clasificación mundial, Yevgueni Káfelnikov, por un contundente 6-2, 6-2 y 6-2.

Con estos dos resultados, el partido de dobles de hoy, a partir de las 13:00 horas entre Àlex Corretja-Juan Balcells y Andréi Cherkásov-Marat Safin, adquiere más que nunca vital importancia, ya que una victoria más de España significaría el pasaporte inmediato a las semifinales contra el vencedor de la eliminatoria que disputan en Inglewood (California) Estados Unidos y la República Checa.

Casi seis mil aficionados entregados en cuerpo y alma al equipo español vibraron en esta primera jornada disputada en el Club Deportivo Calderón. El día incluso acompañó, con un sol radiante que secó por completo la pista central, tan criticada por Marat Safin en días anteriores y que hoy se convirtió en su Calvario particular.

Corretja cumplió en el partido que abría la eliminatoria. No era fácil para Alex llegar de la temporada de pista dura en América, después de saborear el triunfo en el primer Masters Series de Indian Wells y casi sin tiempo de aclimatación afrontar la responsabilidad de liderar el equipo en tierra.

Pero para Safin la empresa era todavía más ardua, ya que el ruso de Valencia no jugaba un partido en superficie lenta desde hace diez meses, y hoy notó esa falta de adaptación más que el español.

Animado por la victoria de su compañero y sin nada que perder Juan Carlos Ferrero saltó a la pista dispuesto a dar lo mejor de su juego contra Káfelnikov, campeón de Roland Garros en 1996 y del Abierto de Australia en 1999, y lo hizo con saña, con ganas de destrozar a su rival, con un espíritu de Copa Davis que hacía tiempo no se veía en el equipo español.