Alfredo Di Stefano, Ladislao Kubala y Manuel Santana volvieron ayer
a lo más alto del deporte al recibir la Gran Cruz de la Real Orden
del Mérito Deportivo en una ceremonia presidida por los duques de
Palma, la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín, en presencia del
ministro de Educación y Cultura, Mariano Rajoy, y el secretario de
Estado para el Deporte, Francisco Villar.
La infanta Cristina entregó las Grandes Cruces, concedidas por
el consejo de ministros, a Di Stefano, Kubala y Santana, ya que
Antonio Díaz Miguel, el otro premiado en la máxima categoría, no
pudo estar presente. Los tres arrancaron las ovaciones más grandes
del público asistente, entre el que se encontraban el resto de
galardonados. Los Duques de Palma tuvieron un cariñoso gesto con
Julio Requena, atleta minusválido invidente que ganó tres medallas
de oro en Atlanta, al que saludaron personalmente al margen del
protocolo, cuando recogió la medalla de Plata. El protocolo volvió
a incumplirse cuando Alex Crivillé, Valero Ribera y los
seleccionadores Lolo Sainz y Juan de Dios Román, respectivamente,
subieron a recoger su premio a la mesa presidencial.
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