La escolta Carme Piqueras, que realizó un buen partido, bota el balón ante la oposición de una de las rivales. Foto: VICENÇ FENOLLOSA.

61 PUIG D'EN VALLS: Ruiz (6), Hernández (9), Barranco (11), Roig (7) y Magre (16) "cinco inicial", Ortiz (2), Piqueras (8) y Coll (2).
31 ESPORLES: Pascual (0), Santos (6), Gil (6), Miró (4) y Pascual (0) "cinco inicial", Daviu (4), Torres (2) y Collado (9).
ÀRBITROS: Marí y Córdoba. Expulsaron por cinco faltas a Miró del Esporles.
Parciales cada cinco minutos: (14-0), (18-2), (30-4) y (39-10) "descanso", (46-17), (48-17), (55-23) y (61-31).
Fácil pero no vistoso. Con esta frase se podría resumir la victoria por 30 puntos del Puig d'en Valls sobre el flojo Sueños Garau d'Esporles. A pesar del malestar del técnico ibicenco, su equipo tiene motivos para extraer conclusiones positivas del encuentro.

En primer lugar, las locales ganaron sin ningún tipo de apuro y siguen en lo alto de la tabla con un dominio insultante sobre el resto... hasta el momento. Por otro lado, el equipo realizó unos buenos 20 primeros minutos en defensa, donde se mostró actitud e intensidad, aunque demasiada precipitación en querer robar balones y no en mantener la posición defensiva y realizar las ayudas con criterio.

No obstante, hay que insistir que la superioridad fue aplastante "el Esporles consiguió 4 puntos en diez minutos", y en la segunda mitad el juego se deslució por dos motivos básicos: Magre perdió la concentración y la dirección de equipo se resintió totalmente, y la lógica relajación del resultado hizo el resto. El Puig d'en Valls mostró aparte otros aspectos positivos como la mayor aportación de banquillo respecto al partido del Molinar. Piqueras estuvo mejor que en el debut y Hernández, titular, también funcionó.