Xicu Ferrer vio truncadas ayer sus aspiraciones en su tercera participación en el raid africano, tras una caída.

M.T. Se acabó la aventura. Hasta la etapa que acabó en Dakhla (Egipto), la decimotercera, llegó el piloto formenterés Xicu Ferrer a tan sólo cuatro del final del Dakar-El Cairo 2000, confirmando así lo que tantas veces se repite sobre este raid: que se trata del más difícil y traicionero del calendario mundial. Un accidente en el transcurso de la 13ª etapa dio con el cuerpo del pitiuso en el suelo. En una primera impresión Ferrer afirmó sin ninguna duda que acabaría la prueba, pero pronto los médicos le harían ver la realidad: su rodilla estaba mal y no podría tomar la salida en la 14º etapa. Los médicos decidieron evacuarle ayer a las 13 horas.

El formenterés llevaba una excelente trayectoria. Esta 22ª edición de la prueba francesa era la que el formenterés y su grupo de colaboradores habían escogido para tratar de demostrar lo que se puede hacer. Con este objetivo en la cabeza Ferrer se empleó a fondo desde el primer día para estar lo más arriba posible, tratando de mejorar la clasificación que logró el año pasado, pero sin perder de vista el objetivo más importante, acabar la prueba.

Hasta la etapa de ayer, en la que no tomó la salida, Ferrer era 24º, muy cerca de los 20 primeros, y esperaba poder recuperar esas posiciones en las cuatro etapas que restaban. En la mañana de ayer los médicos impedían al formenterés tomar la salida de la etapa dado el estado de su rodilla, con un nervio afectado. Además, el cuadro se complicaba con otro golpe en la cabeza, de menor consideración, y con la debilidad originada por la gripe que sufrió la primera semana y que logró curarse en los días de descanso.

Ante la negativa de los médicos el tenaz piloto formenterés no tuvo más remedio que resignarse a abandonar, pero a pesar de todo seguía en su cabeza la idea de llegar a la meta de El Cairo el próximo domingo, viajando con la organización. Los médicos se volvieron a negar y le obligaron a ser evacuado al El Cairo, donde será atendido de sus heridas y repatriado a España en cuanto sea posible. Lástima por un corredor que ha demostrado estar entre los mejores y que ha tenido que dejar la carrera a tan sólo cuatro días del final.