LUIS VILLAREJO - BRASIL
3 REAL MADRID: Iker Casillas, Michel Salgado, Fernando Hierro, Karembeu, Roberto Carlos, Geremi, Redondo, Guti, Savio, Anelka y Raúl.
Cambios: Karanka por Hierro, McManaman por Guti y Sanchís por Savio.

1 AL NASSR: Khojalli, H. Sharifi, Harthi, Al Shokia, Al Karni; Al Moussa, Saib, Al Husseini, Amin, Al Jaman y Bahja.
Cambios: Triki por Saib, Al Khatran por Al Husseini y ;ehalel por Al Jamna.

ARBITRO: Oscar Ruiz Acosta (Colombia). Mostró cartulina amarilla a Hierro, del Real Madrid.
GOLES:
Minuto 23, Anelka, 1-0.
Minuto 46, Al Husseini de penalti, 1-1.
Minuto 61, Raúl, 2-1.
Minuto 69, Savio, de penalti, 3-1.
Nicolas Anelka ya puede presumir de comenzar el año 2000 con una gran dosis de fortuna y entre su primer gol oficial con el Real Madrid y los obsequios que ofreció siempre el cándido equipo saudí del Al-Nassr, el Madrid abrió con éxito la I edición del Mundial de clubes. El club saudí fue demasiado tierno. Pagó la novatada y entregó el partido, sobre todo, en la segunda mitad. Anelka no deslumbra, ni enamora, ni mucho menos, pero comienza a tener algo de presencia.

Se encontró con un gol y provocó un penalti. Para un jugador que estaba en el limbo, ya es bastante. En Brasil, en cuestión de fútbol, se miran el ombligo. Sólo les interesa y les apasiona lo suyo. Poco conocen del fútbol exterior. No les importa. Ni les interesa. Fue patético ver vacías las gradas de un estadio como el Morumbi, en el debut del Real Madrid. La FIFA debe tomar nota. Necesita asentar este torneo y desde luego por la afluencia de ayer, la competición puede convertirse en un fiasco salvo que se decida cambiar de escenario para otra ocasión. Los brasileños entraron luego al campo a ver al Corinthians, ante el Raja de Casablanca. Pero tampoco con mucho entusiasmo.

El Real Madrid nunca se metió en el partido. Sin público en el campo, parecía el partido un entrenamiento. El equipo de Vicente Del Bosque anduvo sin tensión. Estuvo en gran parte del envite muy por debajo de sus posibilidades, pero dos errores imperdonables de la defensa del Al Nassr, allanaron el camino a los madridistas.