Los jugadores del Eivissa jugaron ayer un partido de fútbol 7 y cambiaron impresiones sobre la situación del club.

MARCO TORRES ¿Quién quiere ser presidente del Eivissa? Esta es la pregunta que un grupo de ex directivos del club ha estado lanzando al aire estos últimos días tratando de lograr que algún empresario aficionado se anime y responda cogiendo la cabeza visible de la directiva.

La situación de grave crisis abierta por la marcha de la plantilla provocó que un grupo de ex directivos mostrasen su preocupación por la situación de la entidad. En vista del mal momento y conocedores, no sólo, de lo insostenible de una situación así, sino de la historia reciente del club, estos directivos han mostrado su mayor disposición a colaborar y trabajar para que el club no se pierda.

Sin embargo, como en cada una de las dos ocasiones anteriores en que hubo un cambio «agónico» de directiva, ninguno de los ex directivos se ha mostrado dispuesto a asumir la presidencia del club, con lo cual la situación de incertidumbre se alarga.

A la vista de estas circunstancias todas las partes implicadas coinciden en señalar que lo que se está haciendo por parte de los citados ex miembros del club es agitar la situación con el objetivo de conseguir «que alguien se pique y coja la presidencia».

De todas formas, esta crisis no es nueva ni desconocida para el CE Eivissa, un club que en su historia reciente ha sufrido dos procesos traumáticos de elecciones directivas en menos de dos años.

Francisco Marí Ferrer fue el presidente que logró ascender el club a Tercera División. Una vez que cumplió con ese objetivo decidió dimitir y dejar la presidencia del club. Dada su decisión se inició un proceso electoral que se agotó sin candidaturas presentadas y sólo en el último momento hubo una respuesta por parte de José Roig, que fue el segundo presidente en estos años.