La Peña encaja su primera derrota en casa

XAVI OLTRA
Expectación inusitada y emoción a raudales para ver ayer por la tarde el superchoque de Tercera entre la Peña Deportiva y el At. Baleares, que al final cayó del lado mallorquín, gracias al hombre que marca diferencias en esta Liga: Toni Cantos.

El encuentro era esperado por la afición desde hace días por la calidad y puesto en la clasificación de ambos conjuntos"4º y 2º". Los inicios no defraudaron a la parroquia santaeulariense y pronto se vio un duelo de poder a poder, con una Peña que salió en tromba presionando, no como otras veces. Los primeros diez minutos los locales achucharon y fruto de ello Toño avisó desde fuera del área en el minuto 13 con un fuerte disparo dirigido entre los tres palos. Pero el Atlético Baleares no estaba dispuesto a hacer de comparsa en su visita a la isla. Los de Crespí"muy activo desde la banda"empezaron a estirarse y sus temibles delanteros preocupaban a la zaga local con sus desmarques en profundidad.

En el minuto 35 se produjo una de las jugadas claves del encuentro, que podrían haber cambiado el signo del mismo si el resultado final hubiera sido otro. Jorge falló de forma clamorosa en el área chica al rematar fuera un balón suelto que no supo controlar la defensa mallorquina en un error grave. El 'crack' de la Peña envió el esférico fuera, desperdiciando la mejor ocasión del partido. El choque siguió transcurriendo con la tensión alta dentro y fuera del campo, pero sin estrenarse el marcador.

Poco antes de llegar el descanso se desencadenó el drama. Cantos la armó. Su punta de velocidad volvió a poner tierra de por medio y en una jugada por la izquierda, en la que Vicente erró en la salida, tocó un balón casi en la línea de fondo y lo introdujo en la portería local, casi sin ángulo (0-1). El clásico gol psicológico lo fue más que nunca. Además, a ello se le unió a falta de un minuto para el descanso la jugada polémica del partido. Iván controló un balón en el área pequeña y fue derribado por detrás por un defensa antes de que pudiera disparar. Penalti claro.

La segunda parte fue otra historia. Ausencia de emoción, fútbol y oportunidades, y abundancia de tarjetas, discusiones e interrupciones, que sirvieron de maravilla para los intereses del Baleares, que se llevó los puntos.