LUIS VILLAREJO (MADRID)
El Real Madrid y especialmente su técnico, John Toshack, inician hoy ante el Olympiakos la semana clave, el punto de inflexión que puede dictar su futuro, pues el sábado recibe al Atlético de Madrid en la Liga, y si el Madrid regala mal fútbol a su afición, el futuro del galés sería ya más que incierto. Jugadores y dirigentes trabajan en la misma dirección para levantar el ánimo del entorno madridista, mustio en las últimas fechas.

El equipo anda triste. Se entiende así el mensaje que mandó ayer Roberto Carlos en la Ciudad deportiva. El brasileño recurrió a la familia para incentivar a sus compañeros. Dice Roberto Carlos que su club debe demostrar hoy que es una familia, que está unida. Hace unos días él mismo se quejaba de no ver a los compañeros celebrar los goles con más entusiasmo. Hoy el Real Madrid tiene la opción de dar calma a su vestuario. Un triunfo le daría el pase automático a la siguiente fase de la Liga de Campeones.

Toshack vuelve a cambiar el timón. Redondo y Raúl, después de no ser titulares en Sevilla el sábado, vuelven a su sitio natural. Redondo tendrá a Iván Helguera a su lado en el centro del campo, Seedorf merece jugar en la derecha, y Geremi se perfila de nuevo en el lateral derecho, mientras que Michel Salgado estaría en el banquillo. Fernando Hierro vuelve a estar «tocado». Se retiró antes que el resto esta hoy con molestias. Es duda, pero en Europa Hierro siempre asume riesgos y suele jugar. El Madrid ya ganó al Olympiakos hace dos años, en la temporada de la Séptima. Entonces endosó un 5-1. Hoy basta un triunfo por la mínima para cumplir el trámite.