El seleccionador nacional, José Antonio Camacho, justificó ayer que
haya alternado el trabajo de la selección con la distracción
afirmando que, a su juicio, los jugadores no pueden estar en las
concentraciones como si fueran «monjes de clausura».
Camacho indicó, no obstante, que «ya es jueves y empieza otra
historia para el futbolista, que viene de una presión y hay que
darles tranquilidad. Ahora sube el trabajo». El técnico de Cieza se
mostró algo molesto por las críticas recibidas y los argumentos de
que los jugadores podían haber estado estos días con sus clubes.
«Todo es rizar el rizo. La selección española está clasificada y
ahora qué quieren, que vengamos a jugar y nos vamos. Cuando tengo
una fecha, lo único que hago, como profesional, es acatarla».
En este sentido, Camacho considera que tras el partido «habrá
palos para todos si salimos mal. Hay cosas ilógicas, y la selección
debería ser un equipo de todos», añadió. En cualquier caso, parece
que se está exagerando las actividades de la selección: primero fue
la capea, después la salida al cine y ayer el encuentro
multitudinario con niños. A este respecto, Camacho aseguró que este
acto fue organizado por la RFEF para fomentar la afición al
fútbol.
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