EFE - ZARAGOZA
La undécima etapa de la Vuelta'99, que transcurrirá desde Huesca hasta el Valle de Arán, más exactamente en el Pla de Beret, sobre 201 kilómetros de recorrido, representará el regreso a la montaña, esta vez en los Pirineos, de los corredores que todavía continúan en carrera y entre los que los escaladores tendrán su gran oportunidad de acortar distancias.

Será el primero de tres días de alta montaña que pueden provocar un giro en la clasificación y dejar las fuerzas ya muy justas para la parte final de la competición.

Las dificultades de la jornada irán «in crescendo» a lo largo del día, pues en el kilómetro 74 de carrera deberán afrontar las rampas del alto de tercera categoría de San Roque, después, en el 134, las del segunda Bonansa y ya a dos kilómetros de la línea de llegada, coronar el alto de categoría especial de Pla de Beret.

Desde las primeras rampas hasta el alto hay 21'7 kilómetros de ascensión con una pendiente media del 4 por ciento y una máxima del 6'3 casi en el tramo final.

En tres ocasiones, hasta el momento, se ha ascendido a Pla de Beret, la primera de ellas en 1991, pero entonces fue anulada por una fuerte tormenta de nieve, al año siguiente se impuso en aquél alto Unzaga y en 1995, última ocasión en la que se subió ganó el suizo Alex Zuelle.