El camino que conduce a la Pujada a sa Cala, que el próximo octubre
cumplirá su decimoquinta edición, será este año un poco más duro de
lo habitual. El rodaje y experiencia que se le supone a la
organización de un acontecimiento de esta envergadura ha perdido
parte de su efectividad en la edición del 99 debido a ciertas
circunstancias.
Manuel Adana, presidente del Automóvil Club de Ibiza y
Formentera (ACIF), organizador de la prueba, aseguró que este «año
se ha empezado un poco más tarde». De todas formas, el club, que
normalmente por estas fechas ya tiene casi todo arreglado, se ha
encontrado con el retraso que ha supuesto, en la decisión de las
instituciones, las pasadas elecciones. El cambio de gobierno ha
retrasado algunas decisiones cruciales para que los organizadores
sepan con que apoyo cuentan. El año pasado, de los 11 millones de
presupuesto de la Subida Isla de Ibiza, última prueba del
Campeonato de España de montaña, el Consell y el Govern aportaron
casi 5. El resto salió de las inscripciones y los sponsors
privados. Además, a estas circunstancias hay que sumar la falta de
presupuesto que asoló la Conselleria d'Esports del Consell antes de
los comicios.
Según Adana, el traspaso de competencias también influye: «Este
año el Consell ha recibido las competencias de espectáculos, y
hasta que se pongan en marcha y lo tengan rodado será menos fluido
que los otros años cuando estaban en el Govern», aclaró.
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