Escartín fue el principal protagonista del día, pero a la
jornada no le faltó de nada. Se vivió una de las etapas más
interesantes y vibrantes de los últimos años, con ataques sin
cuartel desde el primer puerto hasta el último.
Lance Armstrong superó el examen también con nota. El
norteamericano ha salvado la primera parte de los Pirineos con
holgura. No pudo con Escartín, ante el que cedió dos minutos y diez
segundos, pero no tuvo ningún problema para mantener el amarillo de
su maillot.
La etapa era durísima, con cinco puertos de primera y uno de
segunda categoría y Escartín salió con la táctica preconcebida. El
aragonés atacó desde muy pronto y se lanzó a una bonita aventura
que concluyó con un éxito sin precedentes en su historial
deportivo.
El corredor de Kelme amagó en el Alto de Menté y repitió en el
de Portillón, en dos claros avisos de que estaba dispuesto a todo.
En el Peyresourde, cuarto puerto de la jornada, Escartín insistió
en su ataque y se llevó consigo a Laurent Dufaux y a Francisco
García. En la bajada y después de varios enlaces con el trío de
cabeza, Escartín pergeñó la que iba a ser estocada definitiva de la
jornada y que se iba a producir en la ascensión de Val Louron.
En sus complicadas rampas Fernando Escartín escribió su página
más brillante al irse de sus acompañantes y apoderarse en solitario
de la cabeza de carrera.
Pero no solo Escartín contribuyó a hacer de la jornada una de
las más vibrantes vividas en los últimos tiempos. Con él, Lance
Armstrong, Alex Zuelle, Angel Casero, Laurent Dufaux, Kurt Van de
Wouwer, Richard Virenque o Francisco García Tomás, completaron un
ramillete de excepcionales estrellas y entre todos firmaron un gran
día para el ciclismo.
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