Los 175 corredores que siguen en el Tour´99, con el flamante líder
al frente, el estadounidense Lance Armstrong, se encuentran ya al
pie de los Alpes, en los alrededores de la estación de Grand
Bornand, donde se inicia hoy el periplo de etapas de alta
montaña.
El viaje, en la denominada jornada de reposo, fue bastante
pesado a pesar de que los corredores y tres acompañantes por equipo
tenían plaza en el avión para el trayecto entre la ciudad francesa
de Metz y la suiza de Ginebra, cuya duración fue de 35 minutos.
Luego continuaron el viaje en autobuses, en la mayoría de los
casos de la organización, hasta los diferentes hoteles de Le Grand
Bornand y sus alrededores, en la frontera franco-suiza, unos 60
kilómetros, para acto seguido ponerse la ropa de faena y pedalear
casi todos durante un par de horas.
El entrenamiento más duro lo realizó el equipo de la ONCE DB,
pues su técnico Manuel Saiz les «obligó» a desentumecer músculos en
el alto de la Colombier, un puerto de las etapas alpinas y que en
esta ocasión no se sube.
El resto de los equipos españoles Kelme, Banesto y Vitalicio,
también aprovecharon alguno de los puertos de la zona, pero menos
duro, para ir cambiando el «chip» del llano a la montaña, pues el
Tour de Francia cambia por completo de escenario y serán los
escaladores y los que luchan por la general los que pasen a un
primer plano. Tanto Olano como Escartín, a priori, los dos
españoles que más cuentan para la general y que no salieron bien
parados en el primer envite serio del Tour, la contrarreloj
individual de Metz, de 56'5 kilómetros, no arrojan la toalla.
Olano, el gran favorito para la crono pero que no tuvo su día,
en frío comentaba que el estadounidense Armstrong había sido con
diferencia el más fuerte, pero que no pierde la ilusión. «Estuve
mal, pero no peor que otros especialistas, caso de Zulle, pues mis
marcas fueron similares».
Por su parte, Escartín lo tiene también bastante claro y
reconoce que solo le sirve pasar al ataque. «Continúo con molestias
en la rodilla y muy lejos de los primeros puestos. No tengo más
remedio que atacar en mi terreno, en la montaña».
Lo que esta claro es que tras la primera semana de carrera el
gran triunfador no ha sido otro que el estadounidense Lance
Armstrong al anotarse con autoridad el primer envite serio del
Tour´99, la contrarreloj individual de Metz, en la que dio un paso
de gigante para convertirse en el segundo ciclista de ese país en
ganar un Tour.
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