La cuarta etapa de la 86 edición del Tour de Francia, entre las
ciudades de Laval y Blois, de 194'5 kilómetros es un calco de las
anteriores al ser completamente llana y un kilometraje similar.
Los sprinters y aventureros siguen en su terreno y deben de
aprovechar la ocasión, pues el Tour no admite sorpresas, a pesar de
que no tenga un figura definida y dentro de tres días, a partir de
la octava etapa, de la contrarreloj individual de Metz la situación
cambiará por completo y los que aspiran al triunfo en la
clasificación general deberán empezar a jugar sus bazas, pero hasta
entonces los hombres rápidos del pelotón siguen teniendo la
palabra.
Será la tercera ocasión en la que la ciudad de Blois, en la ,
albergue una etapa del Tour. En 1971 fue punto de salida de una
etapa y en 1992, una contrarreloj en la que se impuso con autoridad
el español Miguel Induráin que le sirvió para cimentar la victoria
del segundo de sus cinco Tour, es una etapa que nada tiene que ver
con la de aquel año pues en esta ocasión sólo es una llegada en
línea y en aquel año fue una llegada de una etapa contra el
crono.
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