Los 243 kilómetros fueron recorridos por Virenque, del equipo
italiano Polti, en 6 horas, 55 minutos y 34 segundos., mismo tiempo
que el bejarano Santiago Blanco y 21 segundos menos que el italiano
Davide Rebellin., mientras que el grupo del líder, el francés
Laurent Jalabert (ONCE DB), llegó a 34 segundos.
Un final explosivo en un etapa complicada debido a los muchos
kilómetros y los cuatro altos puntuables, además de un sinfín de
repechos no puntuables que sirvieron para poner a prueba a los
primeros de la general. Lo peor de los últimos kilómetros fue el
comportamiento del bejarano Santiago Blanco que cometió el «error»
de los principiante al regalar un triunfo a Virenque por lanzar el
esprint demasiado pronto y después «frenar» cuando estaba ya en
pleno desenlace final.
No tuvieron fortuna los componentes del Kelme, ya que Heras,
cuando la etapa entró en su fase decisiva se fue al suelo y
condicionó el desarrollo final, pues su compañero José Jaime
«Chepe» Gónzalez se quedó a esperarle cuando la etapa estaba
lanzada. La etapa se caracterizó por la excesiva tranquilidad y
prueba de ello es que durante la primera hora los intentos de
escapada brillaron por su ausencia, siendo el más destacado un
tirón del kazajo Tieterouk y el control del equipo Saeco del
esprinter Mario Cipollini.
Muchos kilómetros de tedio al principio, ya que la jornada era
una de las más largas de la 82a. edición de la Vuelta a Italia con
243 kilómetros entre la localidad costera adriática de Sassuolo y
la de Rapallo, en el mar de la Liguria o Tirreno.
Kilómetros de tanteo al principio, al estar la parte complicada
en la segunda mitad de la etapa, con esos cuatro altos puntuables
que no sirvieron para nada al no producirse la esperada
selección.
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