El holandés Jeroen Blijlevens, del equipo TVM, es el nuevo el líder
del Giro 99 al adjudicarse la llegada masiva de la tercera etapa en
la cual, el hasta entonces líder, el italiano Mario Cipollini, se
vio involucrado en una caída masiva, afortunadamente sin mayores
consecuencias.
La montonera, Cipollini fue la culpable de la victoria de
Blijlevens y de su perdida de la camiseta de líder, pues tuvo que
efectuar un esfuerzo extra para entrar en el pelotón y en el
esprint llegó mal colocado, a pesar de la probatura que hizo
faltando un par de kilómetros para el final.
Fue lo más destacado, el principal sobresalto, en una jornada
que resultó sosa y aburrida. El pelotón se dedicó a cumplir el
expediente en tierras sicilianas preocupándose principalmente de
resguardarse del asfixiante calor que ha puesto KO a algunos
corredores, entre ellos al español José Luis Rubiera y ha dejado
tocados a otros.
A ritmo cansino, como si de una marcha de cicloturistas se
tratará, se fueron consumiendo los kilómetros, con algún que otro
acelerón cada vez que se acercaba algún premio especial, pero sin
los bríos de jornadas anteriores.
Esa parsimonia llegaba a su fin hacía el kilómetro 130, cuando
prácticamente en cabeza de pelotón se producía un enganchón entre
varios corredores provocando que una treintena dieran con sus
huesos por los suelos entre ellos el líder Mario Cipollini y el
español Daniel Clavero, quinto en la pasada edición.
Fueron unos momentos incertidumbre, pues Cipollini no se
levantaba y se llevaba las manos a las caderas. Afortunadamente,
sin mayores consecuencias, como lo demuestra el hecho de que, tras
llegar al pelotón, todos sus compañeros se quedaron a esperarle y
el grupo puntero levantó el pie. El sprinter italiano no dudo en
acercarse a los primeros puestos e incluso efectuó una probatura
con un tirón en las calles de Messina donde estaba la meta final de
la tercera etapa.
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