Los tres vigilantes de seguridad implicados en el crimen de un
joven ecuatoriano en el complejo lúdico Maremagnum del Puerto de
Barcelona alegaron ayer que fueron increpados por la víctima y sus
amigos, y que éstos provocaron los primeros incidentes. Pese a
todo, ayer tarde, ingresaron en prisión. Los tres detenidos -dos
vigilantes de la empresa Seguribérica, encargados de la seguridad
del Maremagnum, Antonio Fernando Q., de 30 años; y David G., de 33,
y un portero de discoteca, Mariano R., de 37- paasaron a
disposición del juzgado de guardia de Barcelona durante la
mañana.
La juez del Juzgado de Instrucción número 5 de Barcelona,
Asunción González, declaró el secreto de las actuaciones. Durante
la misma mañana también compareció un abogado como acusación
particular en nombre de la familia del fallecido, Wilson Pacheco
Torres, de 26 años, que fue lanzado a las aguas del puerto tras ser
agredido por los vigilantes. La juez de guardia mostró a los
acusados el vídeo grabado por una de las cámaras del Puerto que les
incrimina.
Paralelamente, el juzgado ha encargado una serie de pruebas
radiológicas complementarias a la autopsia del cuerpo de la
víctima, que indica que Wilson Pacheco murió ahogado y sin indicios
de haber recibido una brutal paliza. Según la declaración prestada
por Antonio Fernando Q. ante la policía, los hechos se iniciaron
por una discusión que mantuvieron los porteros del local Caipirinha
y el grupo de ecuatoriano en el que estaba la víctima.
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