EFE-QUITO
Miembros de una patrulla de rescate que llegó al volcán Cumbal en el suroeste de Colombia avistó el avión ecuatoriano de TAME, que llevaba 92 personas a bordo y que debía aterrizar en la ciudad de Tulcán, estrellado en la ladera sin señales de sobrevivientes. En el aparato viajaban dos ciudadanos españoles. Esta es la segunda tragedia aérea en este país en apenas dos semanas y con características similares, por lo que ha levantado una gran preocupación en autoridades y ciudadanía sobre la seguridad área.

Patrullas del ejército ecuatoriano se dirigieron hacia esa zona, pero las autoridades advirtiendo que no habría confirmación oficial sobre el presunto accidente hasta que se localizase el avión, cosa que ocurrió tiempo después al ser avistado por los equipos de rescate. Las hipótesis de la investigación abarcan desde un fallo mecánico o humano que provocó un accidente a un secuestro. Incluso algunos medios informativos apuntan que la utilización incorrecta de un teléfono móvil poco antes de aterrizar pudo haber distorsionado la información técnica de los instrumentos de control y provocar el accidente por un desvío de ruta.

El aparato de la empresa local Transportes Aéreos Militares Ecuatorianos (TAME), que realizaba la ruta Quito-Tulcán-Cali, partió el lunes a las 10.03 hora local, pidió pista a la torre de control de Tulcán alrededor de las 10'23 hora local, pero no llegó a aterrizar y se le perdió la pista. Desde entonces, todo es un misterio sobre lo que ocurrió con el vuelo número 120 de Tame. Los españoles del avión han sido identificados como José María Grau y María Jesús Ginés.