Los hechos ocurrieron durante el mes de agosto. La Audiencia
Provincial debía celebrar el juicio el pasado mes de diciembre,
pero la ausencia de uno de los testigos -que según la acusación es
«clave» para el caso- obligó a suspender la vista hasta hoy, cuando
el mismo tribunal celebrará el juicio mediante vídeoconferencia. La
acusación particular solicita quince años de prisión para el
sospechoso, quien en todo momento ha negado las acusaciones y que,
además, cuenta con los exámenes médicos y psicológicos a la
víctima, los cuales no hallaron indicios de que la violación se
hubiera consumado.
Según la denuncia, el acusado accedió a llevar a la mujer en un
llaüt de su propiedad desde una caseta de es Caló d'es Moro, lugar
en el que tenía lugar una fiesta, hasta el rompeolas del puerto de
Sant Antoni. La denuncia no fue interpuesta ante la Guardia Civil
hasta algunos días después, por lo que agentes de la Benemérita
detuvieron al encausado. Al parecer, la mujer sufre distintos
problemas de carácter depresivo y en el momento de presentarse en
el hospital de Can Misses estaba muy bebida y había ingerido una
gran cantidad de ansiolíticos.
En su denuncia ante la Guardia Civil, la mujer explicó que
cuando se encontraba en el llaüt llegó a lanzarse al mar para
impedir la agresión y que fue al volver a subir a la embarcación
cuando tuvo lugar el ataque sexual. El acusado, en todo momento, ha
asegurado que ni llegó a tocar a la denunciante. Por su parte, la
fiscalía solicitó el sobreseimiento del caso por falta de pruebas.
Por el momento, sólo la mujer, la acusación y una psicóloga que la
atiende mantienen que todo lo relatado por la denunciante
ocurrió.
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