Agentes de la Guardia Civil bajan los restos de la víctima desde la parte superior de la torre del Savinar. Foto: V.F..

El cadáver desnudo y carbonizado, perteneciente probablemente a un extranjero de unos 30 años y de peso medio, fue encontrado por una pareja de excursionistas cuando uno de ellos subió a lo alto de la torre del Savinar. Las velas que en el piso inferior «rodeaban» al cuerpo estaban aún encendidas y en el sitio, entre alimentos y otro elementos de ceremonia, se localizó una brújula apuntando hacia es Vedrà. Se cree que no habían pasado ni dos horas desde que se produjo lo que los primeros indicios señalan como un ritual de inmolación practicado por la propia víctima.

La Guardia Civil mantenía ayer todos los frentes de abiertos pero la hipótesis de un macabro suicidio es la que más verosimilitud tiene. Según lo averiguado por este periódico, el fallecido se había provisto de comida y bebida, alimentos que consumió en parte antes de prenderse fuego, para lo que iba a ser su último «viaje». Desde su atalaya estuvo un tiempo indeterminado «meditando» hasta que ejecutó su muerte, posiblemente cerca del mediodía. Todo indica que se impregnó de gasolina y se cubrió con algunos plásticos y cuero antes de encender la primera llama tras seguir las instrucciones y dibujos de un libreto que se descubrió en unos pantalones.

La hipótesis del ritual se apoya también en que se hallaron incienso y piedras, al parecer de cuarzo, puestos de forma simbólica dentro del mismos escenario, así como varios collares y pulsera de abalorios en pies y tobillos del muerto. Las velas, una docena, a su vez, estaban colocadas estratégicamente dentro del dibujo de una estrella con varios picos .

La unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil realizaba ayer tarde las primeras pesquisas tras la inspección ocular que se llevó a cabo con presencia del responsable del ministerio forense y del titular del juzgado de Instrucción número 6 de Eivissa, juzgado que estaba de guardia. El examen del forense, en este sentido, podrá hoy clarificar si la víctima llegó a valerse de algún tipo de droga.

Un complicado rescate en el monte
Sacar el cadáver de la torre del Savina no fue una tarea sencilla. Los agentes de Policía Judicial y de los Grupos Especiales de Actividades Subacuáticas que participaron en su rescate necesitaron más de media para llevar los restos a una camilla en una operación que se tuvo que realizar ya completamente de noche. Los guardias tuvieron que transportar la camilla por el senda que lleva a la torre ayudándose de unas linternas para no perder el camino y no sufrir un traspiés en una zona muy abrupta hasta el furgón de Pompas Fúnebres.